José Martí
José Martí es una de las figuras más importantes para los cubanos que viven fuera y dentro de la isla. Martí es llamado el apóstol de Cuba por el gran amor que mostró por su patria y por sus gestiones encaminadas a lograr la independencia de su país, entonces colonia de España; esfuerzo que lo llevó a trabajar febrilmente hasta reunir los medios para comenzar una guerra de independencia en 1895. Martí murió ese mismo año, muy poco después de pisar la tierra patria tras largos años de exilio.
José Martí nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Sus padres eran españoles, pero desde muy joven Martí deseó ver a Cuba dueña de su propio destino. Siendo apenas un niño de solamente 17 años, fue sentenciado a presidio por haber escrito una carta a un amigo que se alistó como voluntario en el ejército español, en la cual lo acusaba de traición. Después de algún tiempo en prisión, sus padres consiguieron que la pena fuera conmutada y fue deportado a España. Años más tarde regresó a Cuba, pero muy poco después, en 1879, fue expulsado nuevamente de su país a causa de sus labores revolucionarias. En los Estados Unidos, donde se radicó mayormente, logró organizar la revolución que se iniciaría en 1895.
Fue hombre de grandes ideas y de fuertes convicciones que lo llevaron a darlo todo por ellas. Martí viajó mucho por América Latina y mantuvo una activa vida intelectual durante sus años de exilio. Publicó un gran número de artículos en diferentes periódicos, y ensayos como "Nuestra América", que han dejado una huella indeleble en la historia del pensamiento latinoamericano.
En cuanto a su poesía, Martí es considerado como uno de los precursores del Modernismo. Tenía la habilidad de escribir versos muy simples, pero con una profundidad inmensa, como lo evidencian sus Versos sencillos. El Ismaelillo es un libro dedicado a su hijo, donde su amor de padre se revela esplendorosamente, revelando la inmensa ternura del hombre y el gran dominio del lenguage del poeta. El título Versos libres, desea significar más que el tipo de versificación que se utiliza, también revela el conflicto del autor, anhelante de la libertad de su pueblo. En general, Martí experimentó con diferentes rimas, métricas y formas de versar, como veremos en los ejemplos que siguen. Su poesía está llena de simbolismo y cromatismo y de la conexión intensa que sentía el autor con el mundo natural.
de Versos sencillos
V-SI VES UN MONTE DE ESPUMAS...
Si ves un monte de espumas, Es mi verso lo que ves, Mi verso es un monte, y es Un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal Que por el puño echa flor: Mi verso es un surtidor Que da un agua de coral.
Mi verso es de un verde claro Y de un carmín encendido: Mi verso es un ciervo herido Que busca en el monte amparo.
Mi verso al valiente agrada: Mi verso, breve y sincero, Es del vigor del acero Conque se funde la espada.
de El Ismaelillo
MI REYECILLO
Los persas tienen Un rey sombrío; Los hunos foscos Un rey altivo; Un rey ameno Tienen los íberos; Rey tiene el hombre, Rey amarillo: ¡Mal van los hombres Con su dominio! Mas yo vasallo De otro rey vivo,— Un rey desnudo, Blanco y rollizo: Su cetro —¡un beso! Mi premio —¡un mimo! ¡Oh! cual los áureos Reyes divinos De tierras muertas, De pueblos idos —¡Cuando te vayas, Llévame, hijo!— Toca en mi frente Tu cetro omnímodo; Úngeme siervo, Siervo sumiso: ¡No he de cansarme De verme ungido! ¡Lealtad te juro, Mi reyecillo! Sea mi espalda Pavés de mi hijo; Pasa en mis hombros El mar sombrío: Muera al ponerte En tierra vivo:— Mas si amar piensas El amarillo Rey de los hombres, ¡Muere conmigo! ¿Vivir impuro? ¡No vivas, hijo!
de Versos libres
AL BUEN PEDRO
Dicen, buen Pedro, que de mí murmuras Porque tras mis orejas el cabello En crespas ondas su caudal levanta: ¡Diles, bribón, que mientras tú en festines, En rubios caldos y en fragantes pomas, Entre mancebas del astuto Norte, De tus esclavos el sudor sangriento, Torcido en oro lánguido bebes,— Pensativo, febril, pálido, grave, Mi pan rebano en solitaria mesa Pidiendo ¡oh triste! al aire sordo modo De libertar de su infortunio al siervo Y de tu infamia a ti! Y en esos lances, Suéleme, Pedro, en la apretada bolsa Faltar la monedilla que reclama Con sus húmedas manos el barbero.
de Versos libres
DOS PATRIAS
Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche. ¿O son una las dos? No bien retira su majestad el sol, con largos velos y un clavel en la mano, silenciosa Cuba cual viuda triste me aparece. ¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento que en la mano le tiembla! Está vacío mi pecho, destrozado está y vacío en donde estaba el corazón. Ya es hora de empezar a morir. La noche es buena para decir adiós. La luz estorba y la palabra humana. El universo habla mejor que el hombre. Cual bandera que invita a batallar, la llama roja de la vela flamea. Las ventanas abro, ya estrecho en mí. Muda, rompiendo las hojas del clavel, como una nube que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa...